ORACIÓN QUE SE REZÓ EN LA SEDE DE CÁRITAS DE BAZA AL PASO DE LA CRUZ Y EL ICONO DE LA JMJ
La Cruz de la JMJ y el Icono de la Virgen visitaron Baza el 27 de mayo de 2011. Fue una visita llena de momentos de especial emoción y de oración profunda.
Entre los lugares que visitaron la Cruz y el Icono estaba la sede de Cáritas de Baza, donde tuvo lugar una oración por los más necesitados, sobre todo ahora que pasamos por un momento de crisis que está haciendo sufrir mucho a familias enteras.
Reproducimos aquí el texto de aquella oración hecha en la sede de Cáritas de Baza ante la Cruz y el icono de la JMJ.
NADIE TE AMA COMO YO
- CANTO.
Oración ante la Cruz y el Icono en la Sede de Cáritas.
Dios está cerca de ti, más cerca de ti, que tú mismo, levanta tu mirada y lo encontrarás. Mira a la cruz, el Beato Juan Pablo nos muestra como el amor ha vencido a la muerte, el amor es más grande, un amor que vemos reflejado en los que nos rodean, en nuestros hermanos, un amor que vemos en las personas que cada día llegan aquí, a tocar a esta puerta, a este lugar, un amor, que se hace visible en nuestra acogida, en nuestro cariño, en nuestro esfuerzo por construir un mundo mejor. Muchas son las cruces que día a día cruzan esta puerta, por eso hoy ante esta cruz viajera, ante esta cruz que ha recogido el sentir, el amor, la fe de tantas personas en tantos lugares, queremos rezar por todos, y queremos pedir que el Dios que venció a la muerte y ya no está en la cruz, sea el Dios que nos ilumine día a día y que a través de nuestro cuerpo, de nuestros sentidos, muestre su amor hacia todos.
Por eso ante esta cruz queremos pedir que todo nuestro cuerpo sea tú herramienta para ayudar a los demás.
Nuestra Frente.
Déjanos reposar nuestra frente sobre la tuya .Recibe, Señor, nuestros pensamientos orgullosos, la vanidad y nuestras ganas de aparentar (¡qué manía!).
Nuestra cabezadura -y qué dura- que la traspasen tus mismas espinas. Sujeta con ellas nuestra loca imaginación. Serena nuestra mente, nuestros pensamientos...Y así, tranquilamente, podamos mirarte y contemplarte sin distraerlos, para que solamente seamos capaces de fijarnos en ti a través de los que nos rodean.
Nuestros Ojos
- Ya has cerrados tus ojos y sigues viendo. Los nuestros ¡qué curiosos y altaneros! tantas veces no saben verte. Queremos mirarte sólo a ti, y olvidar otros horizontes engañosos.
Tu última mirada ha sido para los hombres. Tus ojos se cerraron mirándonos y nos hablaste con la mirada. Que nuestra mirada este siempre dirigida, a todos aquellos que llegan aquí, a Cáritas, a buscar nuestro consuelo.
Nuestra Boca.
- Con tu último suspiro, cierra para siempre nuestros labios, que dicen tanta palabra vacía, tanto desvarío. Ábremela sólo para que pronunciemos tu Nombre. Que ya no salgan de nuestra boca arrogancias o desprecios, que callen los juicios y condenas a mis hermanos, hacia los que recorren el camino de la vida junto a nosotros. Que se pierda el «no» de la comodidad y el «yo», el dichoso «yo» que tanto y tanto repetimos. Llévate las palabras hirientes y cámbiamelas por un «hágase tu voluntad».
- Aunque duermes, sé que nos oyes, que estás atento a nuestras plegarias. Que nunca escuchemos la voz de la envidia y nos vuelvan sordos a las insinuaciones del Tentador. Que nuestras bocas solo tenga palabras para los demás, palabras de aliento, palabras de comprensión.
Nuestros oídos.
Abre bien nuestros oídos a los gemidos del pobre;
Despierta nuestros oídos al dolor secreto de mis hermanos;
Que oigamos bien la menor insinuación del que nos necesita.
No solo del que llega y toca aquí, en esta puerta, sino también del que la vergüenza le impide llamar, que nadie se quede fuerza de nuestros oídos que son los tuyos.
Nuestros Brazos.
- Tus brazos abiertos de par en par, anchos para que abracen el mundo.
Así los tuviste siempre, y así te los hemos dejado para siempre. Ensancha los nuestros, que abarcan tan poco; Que nadie quede fuera de nuestros brazos, que todos se puedan enganchar a la vida que tú nos das.
Nuestras Manos.
- Tus manos, vacías de darlo todo. Hasta la sangre...
Mira las nuestras, tan acostumbradas a retener, a agarrar, a poseer...
Clávalas, que están muy nerviosas, agitadas y activas...
Sujétamelas abiertas, y que nunca se cierren para ser violentas.
Tu mano quedó abierta para dárnosla: nunca más iremos solos.
La otra se la ofreceremos a quien nos la pida, a quien llega aquí a llamar, a pedir ayuda.
Nuestro Corazón.
- De tu pecho traspasado, brota un manantial de agua.
Así sé, lo que es amar a fondo perdido, así sabemos que nosotros también llevamos una fuente dentro, fuente de amor, de vida. Que salta hasta la vida eterna.
¡Déjanos beber! ¡Tenemos tanta sed! ¡Sólo Tú nos sacias!
¿Cuándo llegaremos a amar como tú? Y si tenemos que sangrar también...
Que salga una fuente del centro de nuestro corazón y alivie a tantos sedientos...
Nuestras Rodillas.
- Llevas en tus rodillas las señales de haber caído en tierra. A nosotros nos gusta andar erguidos y disimular nuestro cansancio. Tú, nos enseñas a humillar nuestro orgullo, ha rendir culto al único Dios hincado de rodillas,
caído por haber cargado con nuestras cruces, que son las cruces de los que aquí llegan, nunca ha arrodillarnos ante nuestros falsos señores, sino sólo ante Ti, Señor y Dios nuestro.
Nuestros Pies.
- Miramos tus pies detenidos y sujetos al madero.
¿Quién irá ahora a anunciar la Buena Nueva?
¿Qué será de los pies del Mensajero que anuncia la paz?
Tú, que eres Camino, dejas de andar... y esperas. No siempre se avanza por correr más. A veces se alcanza la meta... sabiendo parar, estando al lado de nuestros hermanos.
¡Y a nosotros nos cuesta tanto detenernos! ¡Nos cuesta tanto el camino de la Cruz!
Cuerpo desnudo. Te han quitado el manto y la túnica de tu madre.
Violentado tu pudor, estás ahí, como un recién nacido.
Toma nuestro cuerpo y déjalo como el tuyo. Sin nada.
Como tantas personas que están aquí.
Necesitamos nacer de nuevo. Quedarnos ante ti sin nada.
Ante los hombres, sin nada: que se lo lleven todo, pero tú nos dejas algo, lo único que te queda: un amor de Madre que nos arropa: tu último regalo, lo que más quisiste en esta tierra... para nosotros.
Y también junto a la cruz, como siempre en todo dolor y en todo sufrimiento, esta la madre, nuestra madre, representada en este icono que también el Beato Juan Pablo quiso dejar a los jóvenes.
Esta también quiere ser hoy nuestra oración por todos aquellos que sufren.
ORACIÓN:
Padre, tú que estas siempre a mi lado, tú que sin palabras me consuelas.
Haz que sea digno de llamarte padre, haz que sea digno de llamarme hijo.
Muéstrame tu rostro en lo pequeño, en lo cercano.
Incluso ahora, que nada tengo, que nada entiendo, hágase tu voluntad y no la mía.
Sin trabajo, sin nada que dar a los míos, dame confianza para saber que nada ha de faltarme, se que tú nunca me abandonas, lo sé, pero me fallan las fuerzas.
Muéstrame, tú que me conoces bien, todo lo que soy, todo lo que tengo, y dame valor para compartirlo.
Perdóname, pues no es fácil saber perdonar, es sencillo culpar de todo lo que me pasa y no comprender por qué me pasa.
No me permitas dudar, no me permitas estar triste, no me permitas dejar de caminar, no me permitas dejar de amar, dejar de vivir.
Padre, se que estás aquí, justo a mi lado, te veo cuando alguien me tiende su mano, cuando alguien me sonríe, cuando alguien me escucha.
Gracias, gracias por permitirme formar parte de ti, gracias por escucharme, por perdonarme una y otra vez, gracias por compartir mi cruz…..
TODOS: Padre nuestro…….
Acepta la ofrenda de mi vida, que es la verdadera ofrenda que hoy te quiero hacer.
Mi vida como una flauta, está llena de agujeros, por el paso de la vida, por las circunstancias que han ido llegando a ella, pero tómala en tus manos de Madre.
Que tu música pase a través de mí y llegue hasta mis hermanos, los hombres; que sea para ellos alegría sencilla de sus pies cansados, de sus manos arrugadas, y ritmo y melodía que acompañe su caminar. Enséñanos a creer como Tú has creído.
Haz que nuestra fe en Dios, en Cristo y en la Iglesia sea siempre serena y valiente.
Enséñanos a amar como amaste Tú:
Haz que nuestro amor a los demás sea siempre paciente y respetuoso.
Haz que nuestra alegría sea auténtica y plena, para poder comunicarla a todos.
Amén
Dios te salve María…..
- CANTO…