Domingo tercero de Cuaresma. Ciclo A. 15 de marzo de 2020
"Si supieras quién te pide de beber"
Esta es la frase que más me llama la atención, dentro de lo rico que es este evangelio, llamado de la samaritana, en enseñanzas y simbología.
Si supieras, sí, si supiera el mundo, este mundo nuestro, lleno de orgullo y prepotencia, que cree no necesitar a Dios, esta sociedad nuestra y estos políticos nuestros que han hecho y hacen todo lo posible por echar a Dios de todos los ámbitos culturales, sociales, públicos..., que no saben cómo hacer que la muerte de Dios acontezca en las conciencias de todos los ciudadanos, especialmente en los niños y jóvenes; sí, si supieran quién es Jesús de Nazaret, acudirían a Él en busca de lo que buscan y no encuentran, a pesar de tanta ciencia, tecnología, bienestar social, de tanto progreso del que presumen los dirigentes del mundo.
¿Qué busca todo ser humano? ser feliz ¿y qué es lo que no se puede alcanzar alejado de Dios? La felicidad. Por eso esta sociedad nuestra ha confundido felicidad con placer, la satisfacción de los deseos con libertad, estatus social, político o económico, con una vida con sentido. Así hemos creado una sociedad de drogadictos. Necesitamos adicciones para seguir adelante, estupefacientes, fármacos, alcohol. No sabemos vivir, divertirnos, estar alegres, sin drogarnos. Necesitamos crear un mundo ilusorio para no sentir que nuestra vida es estéril porque hemos matado a Dios en el día a día de nuestra vida, porque no nos importa; que nuestra vida no tiene ningún sentido porque llevamos a nuestras espaldas "cinco maridos," que con el que vivimos "no es el nuestro," que estamos cansados de beber un agua que no nos sacia, y aún más de tener que ir a buscarla a pozos demasiado hondos.
Cristo, y no otro ni otros, ideologías, sistemas políticos, financieros, falsos lideres y profetas, nada, nadie, absolutamente, puede dar el "agua viva que salta hasta la vida eterna", si no es Cristo. Cristo es el agua que limpia nuestras miserias, que da sentido a nuestra existencia porque Él es el Camino, la Verdad y la Vida. El camino que nos lleva al cielo, la verdad que nos hace libres y la vida que nos lleva a la plenitud de la existencia.
Por eso, tú y yo que lo conocemos, que lo amamos, que lo experimentamos como nuestro salvador, hagamos como la samaritana, digamos a toda la gente: venid y veréis, venid con Jesús, encontraréis la felicidad que buscáis, el sentido a vuestra vida que ahora no tenéis. No os mostréis indiferentes a Aquel que ha venido al mundo siendo Dios, para hacer de nosotros nuevas personas por el agua del bautismo y la unción del Espíritu Santo. Criaturas nuevas redimidas en la fuente de la vida que es Su sangre derramada en la cruz y que se convierte en manantial de agua viva en la Eucaristía.
Nosotros también abramos nuestro corazón a la palabra del Señor cada día, a la conversión necesaria en esta cuaresma que llega al tercer domingo, sigamos la recomendación del salmo: "si hoy escucháis Su voz, no endurezcáis vuestro corazón; y dejemos que sea Jesús quien oriente nuestra vida y guíe nuestras decisiones. Que la Virgen Santísima nos sostenga en nuestras debilidades y fortalezca nuestra fe.
Imploremos a Dios misericordia para que pronto se supere la pandemia del coronavirus.
Antonio Fajardo Ruiz, párroco de san Miguel de Guadix.