En Guadix se trabajó primero una ponencia titulada “Pedro Poveda y la educación y catolicismo social en los comienzos del siglo XX español”. Corrió a cargo de la profesora María Dolores Peralta Ortiz, ESCUNI, del Centro Universitario de Magisterio. Ella fue la encargada, también, de la segunda ponencia: “Pedro Poveda y la acción social y educativa en el barrio de las cuevas de Guadix”.
Al final de la mañana, los asistentes al congreso, visitaron el Archivo Diocesano, y quedaron gratamente sorprendido por la amplitud y riqueza de las instalaciones, mostrando vivo interés por el proceso de unificación de muy diversos fondos y por las gestiones llevadas a cabo con la Comunidad Económica Europea a través de los grupos de desarrollo rural, para sufragar los cuantiosos gastos del proyecto y su realización. Ya por la tarde, la jornada contó con la presentación de varias comunicaciones sobre “catolicismo social y archivos de la Iglesia” y las vistas los santuarios de las Cuevas, a la catedral y al museo catedralicio. Concluyeron con la celebración de la Eucaristía en la catedral accitana, a las 20:00 horas. Tras la cena, todos volvieron a Jaén para continuar con la celebración del Congreso.
Fueron más de cincuenta los archiveros los que se dieron cita durante esta semana en Jaén y Guadix.
La visita a Guadix, además, ha servido para conocer el lugar donde san Pedro Poveda comenzó su labor educativa y su compromiso con los más necesitados, encuadrándose todo en las labores sociales de la Iglesia española durante el inicio del siglo pasado.
Jornadas de Arte Sacro en la Catedral de Guadix
Con todas las plazas cubiertas se han celebrado las Primeras Jornadas de Estudio sobre la Catedral de Guadix y Arte Sacro, los días 27 y 28 de octubre. El lugar de las ponencias fue el salón de actos del Obispado de Guadix, que se vio pequeño para acoger todas las solicitudes de asistencia que se habían presentado. Durante dos días, se sucedieron las conferencias – 7 en total- sobre la Catedral accitana y los tesoros artísticos que muestra y custodia. Dos de estas conferencias –una sobre iconografía mariana en el altar mayor y otra sobre el coro-, además, se impartieron en el interior de la misma catedral, ante las obras comentadas: a cargo de Manuel Amezcua y Ángel Asenjo Fenoy. La tarde del sábado 28 de octubre, las Jornadas fueron clausuradas y se les entregó a los participantes un certificado de asistencia, expedido por el Centro de Estudios Pedro Suárez, que forma parte de la organización junto con el Cabildo accitano.
El programa de las Jornadas fue el siguiente:
Viernes 27
4'00.- inauguración
4'30.- Conferencia de Víctor Fernández de Moya: “La Catedral de la Encarnación de Guadix, el arte que engendra la fe”.
18'00.- Conferencia de José Manuel Rodríguez Domingo: “Historia contemporánea del Patrimonio Artístico de la Catedral de Guadix”.
19´30.- Conferencia de Manuel Amezcua Morillas: “La vida de la Virgen en el conjunto pictórico de la capilla mayor de la Catedral de Guadix”. Se impartió en el interior de la Catedral.
Sábado 28
11´00.- Conferencia de Miguel Ángel Moreno Rebollo: “Reflexiones sobre la función del Arte Sacro”.
12'30.- Conferencia de Antonio Reyes Martínez: “La Iglesia de Guadix entre los Episcopados de Félix y Quirico. Una aproximación histórica y arqueológica”.
16'30.- Conferencia de María Soledad Lázaro Damas: “Devoción, promoción artística y apariencia en la pintura barroca”.
18'00.- Conferencia de Ángel Asenjo Fenoy: “El Coro de la Catedral de Guadix”. fue impartida en el propio coro de la Catedral.
19'30.- Clausura de las Jornadas.
Según el canónigo conservador de la catedral y delegado de patrimonio, Antonio Fajardo, estas primeras Jornadas sobre la Catedral han querido servir, sobre todo, para que los mismos accitanos conozcan mejor y valoren más la Catedral de su ciudad. Por eso, se ha buscado que, manteniendo la profundidad académica, tengan carácter divulgativo. Fajardo reconoce, además, la importancia del patrimonio eclesiástico accitano, sobre todo la Catedral, como atractivo turístico que ayuda a dinamizar la economía de la comarca, no solo de la ciudad de Guadix. Y estas primeras Jornadas, que se han celebrado, quieren contribuir a ello.
Conciertos nacionales e internacionales
La actividad musical de la catedral durante este año, ha sido objeto de numerosos acuerdos capitulares referidos, entre otros a tres conciertos navideños y dos de música sacra de Cuaresma y Semana Santa, con participación de corales locales, almerienses y granadinas. También se han celebrado conciertos de órgano y de la Banda Sinfónica Municipal de Guadix.
Recital de poemas sacros en el Corpus
Durante la Octava del Corpus Christi, se han venido celebrando conciertos de música eucarística en el órgano y recitales de poemas sacros dedicados a la Eucaristía. La entrada ha sido gratuita, requiriéndole a los fieles alimentos no perecederos para Cáritas interparroquial de Guadix.
Traslado de la Piedad y progresos en la apertura de la torre
La imagen marmórea miguelangelesca de la Piedad, ha sido trasladada desde el trascoro a la capilla que antecede a la puerta de San Torcuato del paseo de la catedral y el cabildo, en conjunción con la empresa Arte Splendore, se esfuerza en las gestiones ante los organismos responsables del Patrimonio Cultural en la Junta de Andalucía, para la apertura al turismo de la torre de la catedral hasta su campanario. Tanto el proyecto como los requerimientos a las autoridades, parecen ir por buen camino.
El año 2018, final del pontificado accitano de don Ginés García Beltrán
Investidura de los nuevos escolanos.
El día anterior a la despedida de nuestro obispo, se procedió a la investidura de nuevos escolanos en el emotivo ambiente que puede imaginarse. Los niños cantores recibieron una medalla de manos del señor obispo y se comprometieron en la continuidad de la coral catedralicia, cuyo esfuerzo fue valorado y agradecido, tanto respecto de los sacerdotes directores, como de las propias familias. Se recuperó así una de las antiguas tradiciones de la escolanía de nuestra catedral.
Visita de los obispos de Andalucía.
Para despedir a don Ginés, en el seno de las reuniones de los obispos del sur de España, estos cursaron una cumplida visita al Archivo Diocesano y catedralicio, también a la Cueva Santa de la Virgen de Gracia, donde celebraron la última Eucaristía con don Ginés y a la Fundación del Hospital Real, recién restaurado tras una pausa de algunos años sin utilidad. Esta fundación, responsabilidad del Cabildo de la Catedral y de la mitra, ha vuelto a cumplir su propia finalidad, tanto en el ámbito cultural con unas salas e Iglesia dedicadas a exposición permanente, cuanto en los ámbitos superiores del claustro que se han dedicado a residencia de venerables sacerdotes.
En el acto de inauguración, don Ginés agradeció las múltiples colaboraciones que han hecho posible la recuperación del Hospital Real, entre ellas las del propio Cabildo y las de las Religiosas Hijas de María Madre de la Iglesia, que durante tantos años regentaron el hospital, la clínica de maternidad y la casa de socorro.
Despedida de don Ginés
Han sido varios los actos y ámbitos en los que la despedida de nuestro prelado ha tenido lugar. Por lo que se refiere a la catedral, el día 24 de febrero, en el marco de una solemne Eucaristía concelebrada por muy numeroso clero y con masiva asistencia de fieles, se despidió al nuevo obispo electo de Getafe. Don Ginés agradeció la colaboración de todos con emotivas palabras en su homilía, al tiempo que prometió llevar a Guadix en el corazón, tanto por la circunstancia pastoral de “haber aprendido aquí a ser obispo”, cuanto por sus personales circunstancias en las que se sintió tan ayudado y arropado con motivo del fallecimiento de su señora madre.
Los coros todos de la ciudad cantaron la misa y cada uno de los fieles tuvo la oportunidad de saludar personalmente al pastor diocesano que, al final de la Eucaristía, hizo entrega al cabildo catedralicio de la cruz pectoral que el clero de Guadix le había regalado ocho años antes, con imágenes y reliquias de nuestro San Torcuato, San Indalecio, primer obispo de Almería, y los beatos obispos mártires de ambas diócesis, don Manuel Medina Olmos y don Diego Ventaja.
En la espera de un nuevo pastor, damos gracias a Dios por el pontificado de don Ginés García Beltrán.
MEMENTO EUCARÍSTICO DEL SR. OBISPO
En serio: ignoro la despedida
ni aprender quiero el triste arte,
del olvido al compas de recordarte,
Pastor y amigo en la memoria huída…
Tiempos vendrán y con ellos afanes,
distancias y trabajos de otras lides,
pero el vino veraz de estas vides
Misa eterna se hará con recios panes.
Ni me despido, ni os felicito
por no saber hacerlo sin llorar,
pero al celebrar Misa, y en su rito
al pronunciar el nombre episcopal,
su nombre, Don Ginés, será bendito
al vivir, al sentir y al recordar.
Manuel Amezcua Morillas, enero 2018.
Palomar vacío de la Concepción, duelo y luto de la catedral accitana:
Dicen que las palomas nunca vuelan de sus palomares como no sea por razones muy importantes: la falta de agua, la ausencia de alimento o los excesos del frío y del calor. Ignoro cuáles serán las razones para que las palomas blancas encapotadas del manto azul del convento de la Concepción hayan volado, pero lo cierto es que desde ahora, ese inmenso palomar con cinco siglos de historia está vacío. Con él se queda hueco un trozo más del Guadix de siempre, camino del Guadix de nunca: nunca más la oración y el calor del canto de la alabanza divina, nunca más el suave modo de la sonrisa vestida, como las palomas, de blanco y azul… al modo de la Inmaculada.
No sé si les habrá faltado el agua de la amistad, el alimento de las vocaciones o el calor de la ayuda. Lo cierto es que el frío de Guadix habita ahora un claustro lleno de armonías renacentistas, una escalera regia en su cúpula de marianos sabores sostenidos por arcángeles y unos coros, alto y bajo, en los que ya no resuena la música sonora del alma… por no hablar de unos baños árabes, o incluso romanos, impresionantes en el subsuelo del mismo edificio
Don Fray García de Quijada, primer obispo de Guadix tras la reconquista, celebrante de la Misa del Gallo de la Navidad de 1487, en el entorno de lo que hoy es la iglesia de la Magdalena, trajo a Toledo una bula del Papa Inocencio VIII por la que el pontífice otorgaba permiso a Santa Beatriz de Silva para la fundación de la Orden de la Inmaculada Concepción de la Virgen María. Guadix, por tanto, colaboró a gestar la entraña más íntima de esta fundación.
Posteriormente, Ruy Pérez de Sotomayor, emparentado con los Barradas y los Amescuas, dio en fundar por testamento el convento concepcionista de Guadix, cuyos cuatrocientos cincuenta y siete años de historia han repletado esta ciudad de un signo eficaz de la alabanza divina y del amor fraterno.
Fue en mil seiscientos setenta y siete cuando las monjas decoraron la iglesia con “portentoso aparato de glorioso ingenio”, al decir de la época…, o sea, como un altar de cultos impresionante, en forma de árbol en cuyas ramas anidaban patriarcas, profetas y apóstoles para terminar floreciendo en una inmensa azucena con la imagen de la Virgen María. El aparatoso altar estaba iluminado por cientos de velas que provocaron algo parecido a una falla de Valencia dentro de la iglesia… hasta el obispo acudió llevando el brazo de San Torcuato para parar las llamas. Guadix reconstruyó la iglesia y la parte quemada del convento.
Hoy, la ciudad ve despoblarse el palomar blanco y azul como si de un susurro tenue se tratara. Ya no se arrullará a Dios en la calle de la Concepción con la antigua insistencia de los siglos y el amor convocado durante tanto tiempo a cumplir el primer mandamiento… amar a Dios sobre todas las cosas.
No puedo, ni debo, ni quiero, dejar de vivir este acontecimiento como un duelo: duelo por este signo de amor a Dios; duelo por las cinco últimas palomas que, ya quebradas y en quebranto, han debido marchar a otros palomares en los que puedan cuidar sus quebrancías; duelo por Guadix, cuya pérdida de instituciones es tan trágica que pronto la ciudad se verá a sí misma convertida en poblachón. Las ciudades los son por la cantidad y calidad de instituciones estables. Nada más y nada menos. Cada vez que Guadix pierde un establecimiento institucional recupera una elevada dosis de aldeanismo y desperdicia su propia condición cívica, ciudadana, civilizada y civilizadora. Por eso, el cierre del convento de la Concepción es una dramática pérdida religiosa, pero una trágica pérdida civil.
Ahora vendrán, ya lo veremos, los cortejos de pequeñeces: ¿qué va a ser del edificio? ¿De quién es la propiedad? ¿cuándo, quién y para qué la compran?..., todo eso es pensar de tejas abajo, pero de tejas arriba, el reclamo sobrenatural de la vida monástica accitana ha de llorar una pérdida irreparable. Eso es lo importante.
Desde el agradecimiento más completo a todas y a cada una de las Religiosas Concepcionistas Franciscanas, no me queda sino pedir perdón a Dios y a ellas, porque mi ciudad no haya podido remediar este enorme vacío.
Manuel Amezcua Morillas
Encuentro de los seises de Úbeda y de Guadix.
Nos dice don Sergio Villalba, sacerdote corresponsable del coro:
El pasado domingo 11 de marzo, en la Eucaristía celebrada en la Catedral de Guadix se dieron cita el Coro de los Seises de la Sacra Capilla de El Salvador de Úbeda (Jaén) y el Coro de la Escolanía de la SAI Catedral de Guadix. La finalidad de este encuentro es la de acercar a los integrantes de ambos coros para que, en una jornada de convivencia, puedan compartir experiencias de todo tipo, especialmente musicales y de fe.
La idea del encuentro comenzó a gestarse por parte del accitano Antonio Francisco Gabarrón Torrecillas, antiguo escolano y director que fue de la Capilla de los Seises de la SAI Catedral, cuando, aún por motivos de trabajo, se encontraba en la bella ciudad jienense. Surgió la posibilidad de poder poner en contacto ambas instituciones corales en este mismo contexto de convivencia. Las circunstancias han ido aplazando este encuentro, no obstante, ya se ha podido realizar también gracias a él y a los responsables de ambos coros, así como gracias al Excmo. Cabildo de la SAI Catedral de Guadix y a la Fundación de la Casa Ducal de Medinaceli.
El Coro de los Seises de la Sacra Capilla de El Salvador de Úbeda es una institución bajo el patrocinio de la Casa Ducal de Medinaceli, acogida a los fines religiosos y culturales que su Fundación tiene. Su andadura viene siendo secular. Se compone de adolescentes que ayudan con sus voces a la música en la liturgia de esa misma Sacra Capilla todos los domingos en la misa de la mañana, bajo la dirección de María Jesús García Sánchez y el apoyo del organista Emilio José Alejo Martínez. A diferencia de los de Guadix donde diferenciamos a los Seises como quienes perteneciendo al Coro de la Escolanía, además de cantar, diez de ellos danzan en las solemnidades de la Inmaculada y del Corpus Christi, los Seises de Úbeda realizan la original función exclusiva del canto. Recientemente se les han unido los antiguos seises con sus voces graves, algunos de los cuales son padres de algunos de los actuales jóvenes seises. Con el apoyo institucional es de destacar y agradecer la labor callada y desinteresada de la familia de cada uno de los Seises y Cantores Escolanos que de esa manera apoyan no solo una labor cultural, sino también, un modo de vida cristiana para mayor Gloria de Dios y alabanzas de la Virgen María e Iglesia Católica.
La visita realizada en esa jornada supuso un encuentro de verdadera hermandad que se aprovechó en la asistencia a la oración, a la comunión, a la charla distendida, al compartir experiencias, a la visita de una pequeña parte de la ciudad de Guadix y en el compromiso de devolver por nuestra parte la visita más adelante a la bella ciudad ubetense, estrechando más, si cabe, la fraternidad comenzada en este encuentro.
III Jornadas Mujer y Trabajo
Este viernes, 16 de marzo, el Archivo Histórico de la Diócesis de Guadix, recibió la visita de las personas participantes en las III Jornadas Mujer y Trabajo, que se desarrollaron dentro del marco de las actividades conmemorativas del día internacional de la Mujer Trabajadora.
Tras el recorrido previsto con salida desde el patio central del Ayuntamiento de Guadix, se llego a la iglesia de la Magdalena, donde se encuentra el Archivo Diocesano; allí conocieron los fondos archivísticos que forman parte de sus contenidos y su biblioteca histórica con más de cincuenta mil volúmenes. Contemplaron, de forma expresa, algunos archivos y documentos que hacen referencia al papel de la mujer en los siglos XVI y XVII. La visita fue guiada por doña Carmen Hernández Montalbán, archivera de nuestra Diócesis y Catedral.
La actividad es una colaboración del Archivo de la Diócesis de Guadix en las actividades programadas por la Concejalía de Mujer y Políticas de Igualdad, Servicio Municipal de Empleo y Formación del Ayuntamiento de Guadix.
II Jornadas de Estudio sobre la Catedral de Guadix y Arte Sacro en Guadix.
En octubre se celebraron las II Jornadas de Estudio sobre la Catedral de Guadix y Arte Sacro
La ciudad de Guadix acogió las Segundas Jornadas de Estudio sobre la catedral de Guadix y Arte Sacro, que se celebraron los días 26 y 27 de octubre. Fueron organizadas por el cabildo de la catedral accitana y el Centro de Estudios Pedro Suárez, y han contado con la colaboración de la empresa Arti Splendore, que gestiona las visitas a la catedral. Tuvieron lugar en la Iglesia de San Torcuato, adjunta al Hospital Real de Caridad de Guadix y, aunque están abiertas a todos los que quisieron participar, de manera gratuita, se requirió inscripción en el email ceps@cepedrosuarez.com, para facilitar la organización, dado que las plazas eran limitadas. El Centro de Estudios Pedro Suárez entregó un diploma acreditativo de asistencia a las Jornadas.
Durante dos días hubo conferencias, coloquios y visitas guiadas, tanto a la Catedral como al Hospital Real de Guadix, recientemente restaurado.
Programa:
La huella renacentista de Diego de Siloè en Guadix: las trazas de la Catedral y de la iglesia de Santiago, por Antonio Luis Ampliato Briones, catedrático de la Escuela Superior de Arquitectura de Sevilla.
El sentido de la imagen sagrada en el cristianismo. El caso de la escultura profesional, por Juan Jesús López-Guadalupe Muñoz, doctor en Historia del Arte y profesor titular de Historia del Arte de la Universidad de Granada.
Cuestiones artísticas e iconográficas en torno a la capilla de la Virgen del Rosario del antiguo convento de Santo Domingo de Guadix, por Soledad Lázaro Damas, doctora en Historia del Arte y profesora de la UNED y del Instituto Jiménez Montoya de Baza.
¿Qué es una Catedral?, a cargo de Miguel Ángel Moreno, historiador y director del blog “El arte es oración.” Dirige varios programas de radio sobre arte sacro.
La Catedral de Guadix en la retina: De los viajeros del renacimiento a los ilustres turistas del S XX, por Antonio Reyes Martínez, historiador y arqueólogo (L. A. A. C. de Granada)
Los bienes culturales de la Iglesia, origen y finalidad, por Antonio Muñoz Osorio, canónigo responsable del patrimonio de la Catedral Metropolitana de Granada.
Torcuato Ruiz del Peral y el cabildo catedral de Guadix, a cargo de José Manuel Rodríguez Domínguez, doctor en Historia del Arte y profesor titular de Historia del Arte de la Universidad de Granada y director del Centro de Estudios Pedro Suárez de Guadix.
Visitas Guiadas:
Viernes 26 de octubre: Hospital Real de la Caridad de Guadix. Guió la visita Encarnación Cambil Hernández, doctora en Historia del Arte y profesora titular de la Universidad de Granada.
Sábado 27 de octubre: Santa y Apostólica Iglesia Catedral de Guadix. Guió la visita Josefina Jiménez Madrid, catedrática del Instituto de Historia.
Sin duda, se trató de unas Jornadas imprescindibles para conocer la Catedral y el mundo accitano que la hizo posible. Actos de esta naturaleza prueban eficazmente cómo el cabildo de la catedral cuenta ya con unas instalaciones museísticas mucho más amplias y con un salón de actos extraordinariamente bello en la antigua iglesia de San Torcuato, cuyo acierto en la restauración, adecuación, calefacción y audición, no puede ser mayor.
La Diócesis de Guadix, Iglesia martirial (Texto introductorio del Libro litúrgico para los fieles en la ordenación de don Francisco Jesús Orozco Mengíbar).
Guadix es un cruce de caminos habitado desde hace 4000 años. El agua de la Sierra Nevada, la caza y la facilidad para excavar cuevas, determinan su enorme antigüedad. Cerca de la catedral se observan restos de la remota Iberia, Hispania romana, Al-andalus musulmana, Sefarad judía y la España posterior a la Reconquista.
San Torcuato es nuestro primer obispo y mártir, fundador de esta comunidad cristiana en el siglo I, en cuanto cabeza de la gesta de los Varones Apostólicos. En él veneramos nuestro origen en la sangre del Calvario, vertida también en Acci por los testigos del Señor. Cuando se reúne el primer concilio de la iglesia española, el de Iliberis a principios del siglo IV, lo presidirá Félix, obispo de Guadix. En Baza, en el Cerro Cepero, conservamos los muros perimetrales de una basílica paleocristiana que autentifica la antigüedad de nuestra comunidad.
Los prelados bastetanos y accitanos, asisten a todos los concilios de Toledo en la época visigoda. Con la llegada de los musulmanes, la comunidad mozárabe de Guadix subsiste con esplendor. En la Córdoba califal, San Fandila (S. IX), joven sacerdote de las cuevas de Guadix, ofrece su vida al Señor, según nos narra San Eulogio. También la ciudad de Huescar, venera a las Santas Alodía y Nunilón como patronas, mártires, así mismo del siglo IX.
Tras la restauración de la diócesis, por los Reyes Católicos y el Cardenal Mendoza en 1489, Guadix ofrece un panorama completamente musulmán, con una élite cristiana en sus escasos estamentos civiles, militares y religiosos. Grandes obispos, dedicarán sus mejores esfuerzos a la recristianización: García de Quijada, amigo de Cisneros y de la reina Isabel que revitaliza el culto a San Torcuato y a su sepulcro, en cuya veneración pasa largas temporadas; Gaspar de Ávalos, fundador de la Universidad de Granada y Cardenal de Compostela, gran protector de conventos accitanos y de su catedral, a cuyas obras trae a una de las cumbres de nuestra arquitectura renacentista, Diego de Siloé; don Fray Antonio de Guevara, Secretario de Carlos V e insigne polígrafo; don Martín Pérez de Ayala, gran teólogo de Trento, cuya convocatoria del sínodo de 1554 manifiesta el gran esfuerzo por la conversión pacífica de los moriscos…
La guerra de la rebelión morisca, la padecen de manera especial las comunidades religiosas: el martirio en La Peza del Beato Marcos Criado, durante varios días crucificado en una encina desde la que canta alabanzas y predica, es signo de la gloria de Dios en medio de los avatares bélicos, capitaneados por don Juan de Austria y el accitano don Lope de Figueroa, que llenará Guadix de reliquias martiriales de la contienda, durante el pontificado de don Melchor Álvarez de Vozmediano.
En el siglo XVII, tras la expulsión morisca, la diócesis comienza a repoblarse con colonos venidos del norte de España. Es un siglo económicamente calamitoso por hambres, guerras, epidemias y sequías. Se paralizan las obras de la catedral, pero se impulsa la vida del seminario y de la devoción a la Inmaculada por obispos tan señeros como Plácido Tosantos y Juan de Araoz, tan importantes en la diplomacia regio-pontificia de la época.
No es don Francisco Jesús Orozco el primer obispo de este apellido: Juan de Orozco y Covarrubias, hermano del autor del famoso diccionario, es nuestro prelado y compone sus famosos Emblemas Morales, de tanta incidencia en la iconografía simbólica del barroco. Será ahora cuando se nombre obispo de Tortosa, entre los muchos canónigos que han calzado mitra, a don Luis de Tena, cabeza de la Generalidad de Cataluña.
El siglo XVIII es el de la culminación paulatina de nuestra catedral, con el decidido impulso del cabildo y de obispos tan relevantes como don Juan de Montalbán, verdadero ejemplo de promotor del trabajo comunitario tanto en Guadix como en toda la diócesis, con admirable creatividad laboral, preocupación social por los pobres y profundidad en sus cartas pastorales, redactadas durante muchos meses al año en el santuario de San Torcuato de Face Retama.
En nuestra historia dieciochesca destaca San Francisco Serrano de Frías, natural de la cercana población de Huéneja, misionero y mártir en la remota China. Habría de ser declarado patrón de los humoristas, pues sus cartas al Papa y a otros dominicos desde la terrible prisión y torturas, rezuman la sana alegría y el sobrenatural regocijo del que se ríe de sus mutilaciones como precursoras de la gracia martirial. Según predijo: cuando le llegó la mitra ya no tenía cabeza sobre la que posarla, pues había sido decapitado. Así mismo, como parte de nuestra proyección externa, destaca en este siglo el chantre Esteban Lorenzo de Tristán y Esmenola, gran obispo de Costa Rica, constructor de universidades y hospitales.
Tras la expulsión de los Jesuitas, el cabildo de la catedral, patrono del Hospital Real de Caridad, traslada su sede, desde la antigua sinagoga, regalada por Isabel la Católica, al Colegio de la Compañía de Jesús, que será hospital durante siglos y ahora ha sido rehabilitado como residencia sacerdotal y Centro de Interpretación de la Solidaridad Diocesana
En el siglo XIX, tras la terrible francesada, destaca en las puertas de nuestro episcopologio, el primer redactor de la constitución de Cádiz, don Antonio Muñoz Torrero, ilustre clérigo extremeño y el más joven rector de la Universidad de Salamanca, preconizado obispo de Guadix, pero no consagrado por la prohibición del rey felón Fernando VII.
El siglo XX comienza con la epopeya pedagógica y caritativa de grandes sacerdotes bajo la sombra de don Andrés Manjón: se trata de San Pedro Poveda y del Beato Manuel Medina Olmos, el uno fundador de la Institución Teresiana y el otro, obispo de Guadix. Ambos son mártires al final de una gloriosa existencia, en la que dedicaron lo mejor de sí mismos para enseñar deleitando, y construyendo en Granada y Guadix ámbitos escolares para los pobres, mucho más completos de lo que disfrutaban los más ricos. Es decir, escuelas integradoras, luminosas, limpias y con todos los recursos existentes y muchos otros extraordinariamente creativos, para hacer “el bien bien hecho”. La gesta martirial del siglo XX, continua con trece beatos mártires del clero diocesano, que llenan de perpetua gloria a nuestra iglesia particular.
Desde las órdenes religiosas, ha sido también mucha la gloria de Dios y el servicio al prójimo que nuestra diócesis ha disfrutado: franciscanos, dominicos, jerónimos, agustinos, mercedarios, alcantarinos, jesuitas, oratorianos, tanto en Guadix como en Baza y en otras localidades diocesanas, se han distinguido por su entrega y buen hacer, a veces hasta el heroísmo. En cuanto a las órdenes y congregaciones femeninas, destacan desde antiguo las clarisas, concepcionistas y dominicas. Más recientemente, han sido muy numerosas las congregaciones florecidas en la diócesis: Hijas de la Caridad en Baza e hijas de María Madre de la Iglesia, en Guadix. Las Hermanitas de los ancianos desamparados, poseen residencias en ambas ciudades... Hoy en día los Franciscanos de la Cruz Blanca, las Franciscanas de la Purísima, La Fraternidad Reparadora, Las HH de la Virgen María del Monte Carmelo, las RR Misioneras del Divino Maestro o las Activas del Apostolado Social, completan nuestra actualidad religiosa. Otras varias congregaciones han servido hasta tiempos recientes en nuestra iglesia: todas ellas cuentan con nuestra mejor gratitud.
En nuestra diócesis tienen su origen, por extraordinaria vinculación con sus fundadores, las Religiosas de la Presentación por obra de nuestro obispo don Maximiano Fernández del Rincón; La Institución Teresiana por obra de San Pedro Poveda y las Religiosas Esclavas de la Inmaculada Niña fundadas por nuestro canónigo, don Federico Salvador Ramón. Desde Huescar, nos nació la fundación de las RR Misioneras de Cristo Sacerdote. También han sido fruto del celo religioso los Hermanos Fossores de la Misericordia, fundados por Fray José María de Jesús Crucificado, durante el pontificado de don Rafael Álvarez Lara, a mediados del siglo XX.
Respecto de nuestro laicado, multitud de fundaciones, cofradías y ONGs, han desarrollado importantísimas labores tanto en el culto como en la caridad. Pedro Antonio de Alarcón será la gloria de nuestras letras, tan ilustre como netamente católico. Ya en el siglo XX, don Juan Manuel Segura Clemente, natural de Alquife, será llamado con razón “el médico de los pobres” por su incondicional entrega. La colección de insignes profesionales del magisterio y la enseñanza, de la sanidad y los proyectos asistenciales, de las profesiones liberales y el funcionariado a todos los niveles, ha sido proverbial y esclarecida en la labor evangelizadora de nuestro laicado diocesano.
En esta apretada síntesis no cabe, aun injustamente, todo el fecundo testimonio de amor a Dios y de servicio al prójimo que nuestra Iglesia particular ha ofrecido, aun en medio de sus debilidades, contradicciones, miedos y pecados. Aquí estamos desde hace milenios, entregados al amor mariano en múltiples advocaciones entrañables: Angustias, Piedad, Gracia… atentos a que se cumpla nuestra esperanza en Cristo Resucitado.
Manuel Amezcua Morillas.
Fiesta de Ntra. Señora de las Angustias y culminación de la estatuaria del coro.
Las siete últimas imágenes del coro de la catedral de Guadix, que vienen siendo labradas por Ángel Torcuato Asenjo Fenoy, desde hace tantos años, han sido la culminación de una obra de soberana belleza que completa, por fin, después de más de ochenta años, el santoral de la sillería de nuestra catedral. Los Apóstoles y Evangelistas, San Marcos y San Lucas, los doctores como San Gregorio Magno o la hermosa representación del Beato Manuel Medina Olmos, son tantas otras obras maestras que enriquecen desde ahora nuestro coro. El cabildo y el nuevo obispo pensarán cómo celebrar dignamente este hermoso logro. Por parte de los devotos de la ciudad, el coro ha venido siendo admirado durante los días multitudinarios de la septena de la Virgen de las Angustias, tanto por la tarde en los actos que le son propios, como por la mañana con numerosas corporaciones y colegios que han participado en esta otra pequeña septena matutina que cada año alcanza mayores repercusiones. Como siempre, desde hace 6 años, el cabildo viene organizando el viernes anterior al domingo de la Patrona, una jornada de oración y reconciliación, exponiendo el Santísimo Sacramento durante todo el día y disponiendo confesores ininterrumpidamente desde las 10,30 de la mañana hasta las 7,30 de la tarde.
Es notable, también, el esplendor y la brillantez alcanzada este año en toda la fiesta patronal de Ntra. Sra. De las Angustias, cuya misa y procesión se han visto concurridísimas por los fieles y devotos.
Necrológica de tres laicos en la pirotecnia accitana (13 de noviembre de 2018)
Son muchas las crónicas que el luctuoso suceso que aparecen en nuestros medios de comunicación, tras la muerte en desdichado accidente de José Morales, Eduardo Huete y Miguel Pérez, todos coheteros de la pirotecnia María Angustias de Guadix. Desde el punto de vista del cabildo de la catedral, los señores capitulares, José Francisco Serrano en cuanto Administrador Diocesano, Manuel Millán en cuanto Deán y Manuel Amezcua en su condición de párroco de las cuevas y, por tanto, de la mayor parte de las víctimas, ofrecieron, desde el principio, el recinto catedralicio a las familias de los finados, para la celebración del funeral conjunto, en la doble inteligencia de homenajear a trabajadores fallecidos en el ejercicio de sus funciones profesionales y, además, de ser el único recinto sacro accitano capaz de albergar la previsible multitud de familiares, amigos y autoridades. Hay que dejar claro que, si bien se acertó en el homenaje y el lugar, no ocurrió lo mismo con la capacidad del templo madre de nuestra iglesia local. La catedral se quedó pequeña y el pueblo de Guadix no ha cabido ni en sus naves, ni en sus plazas, ni en sus calles adyacentes. Las autoridades autonómicas provinciales y locales de muy diversa índole, asistieron desde el coro, dejando los sitiales al pie del altar para las familias y los féretros.
La ciudad y la comunidad cristiana se han dignificado a sí mismas, en una impresionante manifestación de dolor natural y de esperanza sobrenatural.
Ordenación episcopal de don Francisco Jesús Orozco Mengíbar (22 de diciembre de 2018)
El 22 de diciembre de 2018, Guadix despertó en fiesta grande, con numerosos cordobeses y muy diversos visitantes, tanto de la diócesis como venidos de fuera. A las 11 de la mañana, don Francisco Jesús salió del Palacio Episcopal en procesión, hacia la S. A. I. Catedral, al son de todas las campanas al vuelo, precedido por la cruz alzada, numerosos acólitos y los cabildos de Córdoba, del que hasta ahora formaba parte y el de Guadix en traje coral. El templo, repleto de fieles, acogió al pastor con su aplauso. El prelado besó el Lignum Crucis, a los sones del himno pontificio de Gounod.
En la sacristía le esperaban tres cardenales y treinta arzobispos y obispos. Tras la procesión de entrada, el Administrador Diocesano y el Nuncio de Su Santidad, proclamaron sendas salutaciones. Actuó de celebrante principal el metropolitano de Granada, quien mandó leer la bula papal de nombramiento, a cargo de nuestro Deán en su condición de Canciller Secretario del Obispado. Tras la proclamación de la palabra de Dios, propia del cuarto domingo de Adviento y la homilía de don Javier Martínez, la ordenación episcopal comprendió el examen del nuevo obispo y sus compromisos, la letanía de los santos con el ordenando en suprema postración, la imposición de las manos por parte de los demás obispos, la unción con el sagrado Chrisma, la entrega del Evangelio y la imposición de sus atributos: anillo que expresa la nupcialidad con la diócesis, mitra, báculo y asiento en la “cátedra” de su catedral. Todos estos ritos terminan con el abrazo fraterno de los demás obispos.
Al final de la celebración, fue el nuevo obispo quien dio las gracias a todos y proclamó su disponibilidad y cercanía a sus diocesanos.
El cabildo de la catedral atendió en todo a la celebración. De manera particular, don Juan Sáez dirigió la transformación del templo en una novedosa distribución de sillas para la localización de obispos, sacerdotes, familia de don Francisco Jesús, seminaristas de Guadix, Murcia y Córdoba, autoridades, instituciones de toda índole y fieles. La inclusión de pasillos exentos fue todo un acierto, para la dignidad de la distribución de la Sagrada Comunión. Don Juan José Toral dirigió la tarea de las numerosas invitaciones a muy diversos colectivos, comunidades y asociaciones de diversa naturaleza. Nuestro Deán, señor Millán Arjona, ha construido el precioso libro que explica la celebración, permitiendo seguirla de manera devota y precisa. Este cabildo agradece su cuidada impresión y esmerada presentación a la empresa Artisplendore, que muestra nuestra catedral a los visitantes. El Chantre don Andrés Galiano Ruiz, cantó los salmos y letanías, además de dirigir al pueblo en las respuestas litúrgicas, conjugando todo con las acertadísimas interpretaciones de Perosi, Mozart, Händell… entre otros, a cargo de los coros: Escolanía de la Catedral, Accida, Acci Chorus, Antiguos Escolanos y Pueri cantores María Briz. Tanto a sus directores como a don Rafael Pascual Hernández, el organista, hay que aplaudirles fuerte en estricta justicia. El que suscribe, Archivero Amezcua, se encargó de ayudar en las retrasmisiones radiofónicas de la Cope.
Sobre Todo, cabe significar la muy relevante actuación de Antonio Morillas y su empresa, sin cuya acertada y esforzada labor, la catedral no hubiera presentado el espléndido y ordenado aspecto que todo el mundo valoró y disfrutó. Un nutrido grupo de voluntarios de las cofradías y de este mismo archivo, hizo su labor con tanta cortesía como eficacia. Ya sea en el interior o fuera del templo, la Guardia Civil, Policías Nacional y Municipal, Protección Civil, Cruz Roja y demás instituciones cívicas cumplieron todas sus funciones con mucho más que dignidad. Así también la empresa Auvicón, cuyo cometido fue el funcionamiento de la megafonía y de las numerosas pantallas colocadas en la catedral y su plaza.
Pero donde el agradecimiento de esta catedral debe expresarse de modo particular es en la persona del maestro de ceremonias. Es destacable sobremanera la hermosa y cuidada liturgia, tanto en el todo como en cada una de sus partes, hasta los detalles más ínfimos. Fué el sacerdote don Valeriano Plaza Expósito quien puso esmero, equilibrio, acierto y laboriosidad a toda prueba, para que la complejidad de este acto estuviera prevista y provista en todo. Fue ayudado por los seminaristas y por don José Luis Bellón Márquez, profesor de liturgia malagueño. La gratitud de este Cabildo Catedralicio a don Valeriano, no alcanzará la calidad de sus servicios y méritos en esta señalada ocasión: los canónigos le estamos en deuda.
Un concierto, ya por la tarde, con los villancicos interpretados por Acci Chorus y la Agrupación Coral Ubetense, bajo sus respectivos directores: Miguel Blázquez y Ramón Ramos, con Rosa de Lima como solista y Gonzalo Fernández al piano, puso el broche final al recibimiento en esta catedral de nuestro nuevo obispo, en la espera de la ya inmediata Natividad de Nuestro Señor Jesucristo, a quien encomendamos la venturosa y fecunda labor de nuestro nuevo prelado, cuya sencillez y sonrisa son ya su retrato oficial entre nosotros.
Propuesta de escrito o lápida
Se propondrá a los Señores Capitulares, la inclusión de pergaminos o lápidas con estas referencias a nuestros canónigos obispos o prebendados ilustres por diversos títulos.
SEÑORES CAPITULARES DE GUADIX NOMBRADOS OBISPOS
Don Luis de Tena y Gómez, Canónigo, Obispo de Tortosa, confesor de la reina de Francia Ana de Austria y síndico de la Generalidad de Cataluña, 1616.
Don Pedro Ramírez de Granero, nuestro Deán y Arzobispo de las Charcas en México, 1574.
Don Pedro González del Castillo, Canónigo, Obispo de Calahorra, 1613.
Don Diego de Zambrana, Deán accitano y Arzobispo de las Charcas en México, 1608.
Don Juan Montero de Espinosa y Belmonte, nuestro Canónigo y presentado para el Arzobispado de Potenza, que no aceptó, 1658.
Don Luis Tello de Olivares, nuestro Magistral y Obispo de Mondoñedo, 1669.
Don Francisco de Lara, aquí Doctoral y Obispo de Badajoz y Arzobispo de Zaragoza, 1674.
Don Juan de Aparicio Navarro, Prior accitano y Obispo de Lugo y de León, 1680.
Don Esteban Lorenzo de Tristán y Esmerola, nuestro Chantre y Obispo de Nicaragua y Costa Rica. Fundador de hospitales y universidades, a partir de 1776.
Don Vicente Ramos García, Arcediano y Deán de Guadix, desde 1809. Fue promovido a los obispados de Segorbe en 1822 y de Córdoba y Almería en 1838. No fue consagrado por sus implicaciones parlamentarias y liberales.
Don Manuel López Santisteban, Canónigo accitano y Obispo de Ávila, 1847.
Don Antonio Rafael Domínguez y Valdecañas, Maestrescuela primero, y después Obispo de Guadix. Asistente al concilio Vaticano I, obtuvo la adhesión de la Catedral a la Basílica Liberiana de Santa María la Mayor, 1857.
Don José María de Urquinaona, nuestro Canónigo y Obispo de Canarias y Barcelona, ciudad que le honra con una de sus principales plazas, agradecida a su labor, 1878.
Don Juan de Dios Ponce y Pozo, Canónigo accitano, promovido a Obispo de Orihuela-Alicante, donde fue martirizado en 1936.
Prebendados notables de la catedral
Don Francisco Rubio, Legado del Cabildo de Guadix y del Obispo don Juan de Fonseca, ante el Abad de Celanova, para traer el brazo de San Torcuato a Guadix, por orden de Felipe II, 1592.
Don Luis de Flores, Canónigo de Guadix y posteriormente Magistral de Sevilla en 1595.
Don Antonio Mira de Amescua, Arcediano de la Catedral y Provisor del Obispado. Insigne polígrafo y dramaturgo, notable amigo de Don Fray Felix Lópe de Vega y Carpio, Confesor del Infante Don Fernando, todo en los inicios del siglo XVII.
Don Jerónimo de Castroverde, Canónigo de Guadix y espléndido poeta latino, en el paso de los siglos XVI al XVII.
Don Pedro Ferrer Maldonado, Racionero de la Catedral y autor de sus famosos “Avisos de bien morir (1636)”, hijo del Capitán Lorenzo Ferrer Maldonado.
Don Tomás Porro y Gallo, Secretario del Obispo Juan de Montalbán y generosísimo donante de su fortuna para la continuación de las obras de la catedral en la primera mitad del siglo XVIII.
Don Antonio Garrido de Pineda, Chantre de Guadix y Delegado del obispo Montalbán para obtener de Felipe V la parte de los diezmos reales necesaria para terminar la obra catedralicia en la segunda década del siglo XVIII.
Beato Fray Diego José de Cádiz, Insigne predicador y Canónigo honorario de la Catedral de Guadix desde la mayor popularidad como misionero, en la segunda mitad del siglo XVIII. Nuestro templo le rinde culto en capilla propia.
Don José Pérez Chico Espínola y Montes, Deán de Guadix y donante al Cabildo de la Cueva Santa de la Virgen de Gracia y de sus alrededores, como centro espiritual de las cuevas de Guadix.
Don Blas Pezán Hernández, Chantre y gran promotor de la devoción a San Fandila y a la Virgen de Gracia en las Cuevas.
Don José Domínguez, Magistral de la Catedral, gran predicador, novelista y autor dramático, además de músico y compositor, insigne animador de la cultura accitana en los inicios del siglo XX.
Don Federico Salvador Ramón, Canónigo de Guadix y fundador de la Congregación de las Esclavas de la Inmaculada Niña, conocidas como Infantitas.
Don Francisco Salvador Ramón, Canónigo y hermano del anterior, también almeriense y colaborador fraternal en la fundación de imprentas y revistas, así como en las Misiones populares en las cuevas de Guadix.
Beato Antonio Sierra Leyva, Beneficiado de esta Catedral y Archivero, Mártir en 1936, Beatificado en el 2017.
Beato Santiago Mesa Leyva, también beneficiado del clero catedralicio, así mismo Mártir en Almería en 1936.
Beato Torcuato Pérez López, Sacristán mayor de la Catedral y como los anteriores, martirizado en 1936 y beatificado en el 2017.
Don Juan José Valverde Gómez, Canónigo Arcediano, escritor de homilías, sermones y novelas en la década de los 50 del siglo XX.
Don José Mínguez Jiménez, Maestro de Capilla, insigne músico y compositor del “Himno en honor de la Virgen de las Angustias”.
Don Gabriel Martínez Labella, Canónigo Organista y Compositor, reconstructor del nuevo órgano de la catedral tras la guerra y donante de gran cantidad de reliquias.
Don Juan López Gómez, Deán y Doctor en Teología por la Gregoriana de Roma, director de la Academia de segunda enseñanza de la Virgen de las Angustias. Fue Camarero Secreto supernumerario de S. S. el Papa.
Don Miguel Rodríguez Pastor, Canónigo y autor del magnífico estudio “El misterio de Guadix” en 1960, hombre de múltiples saberes y sabores.
Don Carlos Ros González, Maestro de capilla, fundador y director de “La Escolanía de Niños Cantores de la Catedral de Guadix”, gloria de la música accitana y catedralicia, que paseó nuestro nombre en triunfo por toda España y gran parte de Europa.
Don José Luis de los Reyes Arenas, Canónigo y Administrador de la Catedral y promotor de una ingente obra en favor de las personas con discapacidad durante años de creación de múltiples instituciones: colegios, residencias, talleres, etc.
SEMANA SANTA 2019
Desde la llegada a nuestra diócesis de don Francisco Jesús Orozco Mengíbar, se vino expresando la posibilidad y conveniencia, tanto por parte del prelado como de los cofrades, acerca de la entrada de las cofradías en la Santa y Apostólica Iglesia Catedral, para hacer estación de penitencia durante las procesiones de Semana Santa. Enterado el Cabildo de la Catedral, sometió el asunto al criterio y votación de los Señores Capitulares, resultando aprobada la propuesta, tal y como se expresa en el Libro de Actas.
Así pues, las cofradías penitenciales han vivido la experiencia, preciosamente organizada por su Federación y por cada hermandad, de enriquecer su espiritualidad con esta muestra eficaz de adhesión a la Iglesia madre diocesana. Tanto el señor Obispo como los sacerdotes del Cabildo y consiliarios de las hermandades, han dirigido mensajes de oración, alabanza, súplica y gratitud, a Jesucristo Sacramentado, y a las venerables imágenes que cada corporación cofrade ha traído a la Catedral con rigor y seriedad.
Para que todo ello fuere posible, se debe destacar la organización propuesta por la Federación de Cofradías, tanto en lo que se refiere al orden interior del acto, concebido como un acontecimiento íntimo de la hermandad, como a lo referente a la organización externa: el hecho de que las bandas de música esperen fuera del templo, el apagado anterior de las velas portadas por los hermanos, la acreditación de un solo fotógrafo en cada procesión, y la acreditación, también previa, de los fieles que podían acceder al interior del recinto catedralicio.
La hermosura del marco de la portada principal que da a la plaza, bellamente adornada de colgaduras y sillas dispuestas al efecto, ha otorgado a las entradas y salidas de cada paso de Semana Santa una singularidad llena de belleza. Dios, que nunca desaprovecha ninguna ocasión para introducirse dentro de nuestra alma, ha conseguido, a través de los sentidos, la razón y la doctrina evangélica, enviarnos su amor por medio de nuestros bellos pasos de Semana Santa.
El orden seguido en la celebración de las estaciones de penitencia, ha sido el que a continuación se copia íntegramente para futura memoria de las cosas.
ESTACIÓN DE PENITENCIA DE LAS COFRADÍAS EN LA SANTA Y APOSTÓLICA IGLESIA CATEDRAL
Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo. Nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado. Descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre Todopoderoso, y desde allí va a venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.
A la entrada de Cristo en Jerusalén
Como esa paz que ansía mi corazón
vienes, clamor de los olivos, por los huertos
y te mueve entero una única razón:
resucitar la muerte de los muertos.
Hoy Guadix es provincia de Judea,
Jerusalén de la Accitania es parte,
también aquí la gente se recrea
al contemplar tu paso y aclamarte.
¡Cuantas veces, Señor, te bendecimos
por costumbre y sin profundidad,
pero al pecado pronto nos rendimos!.
Como entonces, un día te aclamamos
pero el sol pronto se vuelve oscuridad
y de espinas tus sienes coronamos.
Ayúdame Señor, pues eres bueno,
a no trocar la palma de victoria
por la espina feroz y su veneno.
A Jesús del Prendimiento
De tu amor por mi prendido
te dejaste apresar en noche oscura.
Mas que apresarte el beso del amigo,
signo fatal de la traición más dura,
fue tu ansia de mí, Judas perdido,
quien puso luz al huerto y su negrura.
Ahora también, cuando vivo en pecado
v traiciono tu beso y tu amistad,
soy por ti, Señor mío, saludado
con salud salvadora en la verdad.
Sálvame siempre, Señor de la Salud,
de todas mis bajezas y traiciones,
dame tu amor, tu paz, tu luz
que destierren traidoras tentaciones.
A la Virgen de la Estrella
“Estrella pura de la mañana,
rosa temprana,
vara de nardo de rico olor
dulce esperanza del pecador”.
Guadix por siglos te aclama
con este cantar de amor
y ahora en las Cuevas declara
que lágrimas y dolor
por Jesús, nuestra Salud,
han de trocarse en favor
vestido en blanco y azul.
Favorece, Madre bella,
cuando aceche la tormenta
de la violenta querella,
la palabra que me alienta
a poner rumbo a tu estrella.
Y sea mi norte, Señora,
tu resplandor de hermosura
en todo momento y hora:
¡Tú, la Virgen siempre pura
y Estrella corredentora!
Al Señor de la Obediencia
Bajo la Cruz , obediente,
por mis pecados Señor,
callado, pero doliente,
caminas tras de mi amor.
Tu tesón y mi dureza
te ponen en este trance:
tú me buscas con presteza
y yo retardo el alcance.
Mueve tú mi voluntad
a rendirte mi obediencia,
y guía mi libertad
sembrándote en mi conciencia.
Caminemos bien unidos
el uno del otro en pos:
tú tras de mi amor perdido
y yo detrás de tu amor.
Al Cristo de la Misericordia
Del fuego y resplandor de la Alcazaba,
signo de Cristo luz y fortaleza,
desciende a la ciudad que le esperaba
en fuego de colores y belleza.
Yo te subo a la cruz de mi discordia
de mi egoísmo bajo y bien rastrero,
tú, a cambio, sólo por misericordia
llenas de luz mi noche por entero.
No eres buen mercader y comerciante
Cristo del amor misericordioso,
pues para que yo gane pierdes todo:
En tu negocio va siempre delante
el bien que consideras más precioso:
limpiarme, con tu sangre, de mi lodo.
Mientras suene Señor trompeta pura,
ablanda el corazón con tu ternura.
Al Cristo de la Flagelación
En tu espalda, Señor,
jirones hecha,
por amor de mi amor,
en cada brecha
mi pecado y su horror
con nombre y fecha,
arrancan tu dolor.
Me empeño en ser flagelo
que hiere tu inocencia,
e ignoro tu desvelo
porque aprenda la ciencia
que cambie en alegrías este duelo;
tú, la brutal paliza recibiendo
y yo buscando mi consuelo
en los pecados que te están hiriendo.
Triste de mí, si con amor no miras
al que te tiene en la columna atado:
soy látigo lleno de mentiras
¡Pero tú estás de mí, enamorado!
A la Virgen del Refugio
Refugio busca en la Madre
el niño cuando despierta
¿a quién habrá que no cuadre
tener a la madre alerta?
Cuando el hielo del rencor
el corazón atenaza:
¿A quién habrá que no cuadre
Tener refugio en la madre?
Si el peligro del dinero
acecha mi corazón,
y cierro el bolsillo entero
al pobre y a su razón.
¿A quién habrá que no cuadre
tener refugio en la madre?
Y si busco en mi placer
ensuciado en la bajeza,
un nacer y renacer
que me mata de torpeza.
¿A quién habrá que no cuadre
tener refugio en la madre?
En tus brazos refugiarme
quiero Madre al despertar,
gracias, por no preguntarme
si me volveré a alejar.
¿A quién habrá que no cuadre
tener refugio en la madre?
A la Virgen de la Esperanza
La vida, la dulzura y la esperanza
en tu verdor dorado se nos muestra
eres de nuestro amor Madre y Maestra,
cubierta por tu palio de alabanza.
No hay dolor que tu rostro no refleje,
ni pena que tu cara no transmita
y mis penas se van, Madre bendita,
con amor que tu amor en mi entreteje.
La catedral se abre en primavera
y un olor de esperanza nos renueva
al proclamar nuestra verdad entera:
si anclas mi corazón en firme puerto,
anclado quedará, sin que rechace
tu esperanza de amor cuando está yerto.
A Jesús de la Sentencia
A muerte injusta eres sentenciado
en público festín de odio insano,
cuando bastaba un gesto de tu mano
para haberte, de tal sentencia, liberado.
¿Qué te movió, Señor, a no librarte,
entre tanta injusticia y cobardía?
¿Qué te hizo resistir con tanta hombría
callando en el sufrir sin desatarte?
"Tu vivir, tu morir y tu pecado
sólo tú -me respondes- tú tan sólo
eres en mi sentencia perdonado.
Tu recibo de amor está pagado,
yo cargo con tu cuenta y con tu deuda:
y en mi sentencia, tú eres amnistiado".
Al Cristo de los Favores
Crucificado de suerte
que, en tu amor
y en tu dolor,
no se comprende tu muerte
si no es don de tu favor.
Favorece al alma mía
que busque tu gloria entera:
¡ ya el corazón me decía
que tú amas de tal manera
que resistir no podría!.
Al verte crucificado
ya no te pido favores:
te pido que mi pecado
no me llene de temores.
Pues soy pecador amado
remedia tú mis temblores
y tenme siempre abrazado:
i que has muerto por mis amores!
Crucificado de suerte
que, en tu amor
y en tu dolor,
no se comprende tu muerte
si no es don de tu favor.
A la Virgen de la Humildad
Torcuato había de llamarse
quien tu rostro fabricara,
para que Guadix llorase
al contemplar esa cara.
Humilde Ruiz del Peral
artista de cuerpo entero,
logró en ti el pedestal
de su arte noble y certero.
Su gubia hizo cumbre tal
de tallista y carpintero,
que la madera al tallar
pensaba en el costalero
que te había de portar.
Lo vio diestro en el callar,
humilde bajo el costero,
y para dejarle hablar
a ti te esculpió un puchero
de madre que ama al llorar.
Torcuato había de llamarse
quien tu rostro fabricara
para que Guadix gozase
al contemplar esa cara.
Al Soberano Poder
No pudo caber más llaga
ya no cupo más herida,
no hay amor más consumado
que el de la sangre vertida
por el pecador amado:
¿Qué quieres Señor que haga
al verte tan lacerado?.
Ante ti arrodillado
con el alma en carne viva,
tu respuesta se ha escuchado:
“Tú que pasas, mírame
y contempla bien mis llagas
y verás cómo me pagas
la sangre que derramé”.
No puedo pagarte nada
ni hay precio que sea capaz
de poner tasa a tu amor:
pues siendo yo pecador,
tus heridas me han curado
y tu cuerpo lacerado,
mis pecados ha comprado:
al perderte me has ganado.
Si amor con amor se paga
toma mi amor entregado
y sé, “Ecce Homo” soberano,
quien me tome de la mano
para amar más a mi hermano.
A la Virgen de las Lágrimas
La noche viste azul sereno y bello
y el rocío de tus lágrimas desgrana.
Envidiando tu plata y su destello
las estrellas se asoman con tal gana
que dijéranse locas de afición
por contemplarte limpia, noble, hermosa
azul y blanca en Pura Concepción
Inmaculada Virgen primorosa.
Danos Señora, pues nos quieres tanto,
amor para sentirnos más hermanos
limpiados del pecado por tu llanto.
Porque tu templo se ha reconstruido
restaura tú, a través de nuestras manos,
al pobre, al que sufre y al herido.
A Jesús Nazareno “El Llavero”
Tienes la llave en tu mano
por librar del enemigo
a las monjas del convento.
Ábreme para el hermano
mientras tu llave bendigo,
el alma en cada momento.
Que al enemigo perdone,
que no cierre el corazón
y la cruz sepa aceptar.
Que la fe nunca abandone
y que sepa dar razón
de tu evangelio al hablar.
Porque tú eres mi "Llavero
en el cerrar y el abrir,
yo quiero ser el primero
después de ti, para ir,
con paso de costalero
viviendo tras tú vivir.
Pues hay que reconocer
que en la cruz y en el costero
yo a ti no te se mecer,
y eres tú mi costalero
que me sabe sostener.
Llavero" del alma mía,
cargando, noble y sereno,
mi capataz y mi guía
Jesucristo Nazareno!
Al Cristo de la Luz
Eres la luz sembrando claridades:
en medio de la noche y su negrura
es tu cuerpo santísimo, figura
que siembra en mí pacíficas bondades.
Silencio que habla de mis vanidades,
tan sereno, tan lleno de hermosura
tan solemne y mecido con mesura
que al mirarte conozco mis verdades:
Poco hay en mí, Señor, de verdadero
que no sean las tinieblas del pecado
y de mi desamor vil y rastrero.
Pero hay una verdad más soberana:
siendo yo pecador, tú me has amado
luz que cambias mi noche por mañana!
A la Virgen de la Amargura
Parroquia de Santiago:
¡Orgullo puedes tener!,
pues te anticipas a mayo
en el bello florecer,
y quien florece es abril
por las calles de Guadix.
Al pie de Sierra Nevada
no hay mayor hermosura
que la Madre más amada:
¡La Virgen de la Amargura!.
Luz y amargura se nombra
y titula tu hermandad,
pues de tu amargo dolor
recibe luz nuestro amor,
para aprender caridad
con un resplandor que asombra.
A San Juan Evangelista
"Madre, aquí tienes a tu hijo,
hijo, ahí tienes a tu Madre".
Cuando todos corrieron
y no estaban,
los cobardes huyeron,
se ausentaban..
uno entre la docena
de amigos del Amigo,
para sufrir la pena
se quedó contigo.
Uno bastó entre todos
para aceptar el magno testamento
que, desde aquel momento,
nos limpia nuestros lodos:
Cristo, desde su madero
por entregar a su Madre,
hizo de ti "el Heredero".
Juan, contigo estaba yo
recibiendo aquella herencia
porque, muriendo, me amó
con tal extremo y tal ciencia
que a su madre me legó.
Gracias al joven discípulo
y a su honra y valentía
puedo, sin ningún escrúpulo,
llamar ¡mi Madre ! a María.
De todos seas alabado
en tu recia condición
por valiente y por amado,
recibe Juan mi oración
pues por ti, se nos ha dado
Madre de tal bendición,
y en tu valor soy honrado
con tal alta filiación.
Al Cristo del Descendimiento
No entiende el entendimiento
cual fue la razón de amor
para verte descendiendo
al abismo del dolor.
Cristo del Descendimiento
al mirar tu cuerpo yerto,
no se si alcanzo y entiendo
por qué tú, inocente, has muerto.
Si el culpable yo soy
de tanta guerra y pecado,
y no se si vengo o voy
por mis odios agobiado:
¿Qué te mueve a ser mi amigo,
si a mí, con mi independencia
me estorba el estar contigo
en mi loca suficiencia?
¿Por qué te empeñas, Señor
en restaurar con afectos
toda mi ira y rencor,
mi soberbia y mis defectos?
Sólo encuentro una razón
y argumento suficiente
tú, tienes un corazón
que me ama infinitamente.
A la Virgen de los Dolores
Virgen de los Dolores
siete espadas
como siete amores
llevas atravesadas.
Como siete tambores
de marchas redobladas,
como siete temblores
de ansias renovadas
en los nuevos temores.
Sin embargo, María
en medio de la desatada
furia, cuando latía
el alma perforada,
aceptaste ser mía:
mi madre, traspasada.
Siete veces te quiero,
ante tu amor postrado:
siete veces prefiero
rendirme enamorado.
Todo el dolor del mundo
en cada lágrima tuya
se esconde, en un fecundo
esperar de vida y aleluya.
¡Porque te quiero tanto!
sin modo ni medida,
que al contemplar tu llanto
vengo, con alma herida,
a esconderme debajo de tu manto.
Al Santo Sepulcro
Cuando el olor del incienso
envuelve tu cuerpo santo,
miro en mi interior, y pienso
por qué me querrás tú tanto.
Señor, yo valgo bien poco,
soy egoísta y rastrero,
el placer me vuelve loco
y atesoro el vil dinero.
Temo al trabajo y sus penas
y de fugaz diversión
tengo tantas horas llenas,
que mi gozo es mi pasión.
Con asco y repulsa miro
al pobre y a su penar
y mi bolsillo retiro
si la limosna he de dar.
I Tus heridas me han curado,
tu dolor me ha redimido!
Porque mucho me has amado
cuando vagaba perdido.
Tú, que por mí estás muerto,
dame tu amor y tu vida:
por tu cuerpo santo y yerto
apresura tu venida
a mi corazón abierto.
A la Virgen de la Soledad Coronada
Quinientos años del más cumplido gozo
tras de siglos de amor bien ofrecidos,
nos traen ante tu rostro, más que hermoso,
para mirar tus ojos doloridos.
“Esos tus ojos misericordiosos”
vuelve a nosotros, ante ti postrados
como hijos devotos y amorosos
y cofrades en tu mirar prendados:
pues no existe desolación y duelo
que, tras una sencilla Avemaría,
no encuentre en ti su paz y su consuelo.
Nadie está sólo en ti, Soledad nuestra,
pues eres tú la suave compañía
en que el Divino Amigo se nos muestra.
La corona canónica ofrecida,
te ensalza como la Madre y Maestra
de cada primavera florecida.
Al Cristo Resucitado y la Virgen de la Victoria
Vida de vida viviente
y de amor resucitado
que has vencido a la muerte
y estás de mi enamorado:
plenitud de vida eterna
que enciendes en mi tu fuego,
cirio, antorcha y lucerna
que iluminas mi sendero.
Te quiero porque le das
muerte al pecado primero
porque, luego, me has
llenado de vida entero.
Te quiero, porque te quiero
sin más causa ni razón,
te quiero más que al dinero,
lo digo, de corazón.
Me da la gana quererte,
llenarme de tu ilusión
y acudir para verte,
Cristo de Resurrección,
triunfante sobre lo inerte
en gloriosa procesión.
Pues gracias a mi bautismo
que me ha sembrado en tu amor
puedo vencer mi egoísmo
y superar mi dolor.
Y tu primera Victoria
es la Virgen, Madre mía,
el reflejo de tu gloria,
cenit de sabiduría,
elogio de la memoria,
colmo de toda alegría.
Oración final
Señor, venimos en procesión, caminando juntos.
Y hacemos Estación de Penitencia,
parándonos en esta Santa y Apostólica Iglesia Catedral.
Nuestras imágenes sagradas nos ayudan,
a través de la veneración, para llegar a la adoración.
Te adoramos, Señor, en el Santísimo Sacramento del Altar,
en este lugar santo que representa el cielo en la tierra.
Aquí cada día tiene lugar la alabanza divina
y el amor fraterno propios del Padre Nuestro:
“que se haga tu voluntad aquí en la tierra
como ya se hace en el cielo”.
Nuestra hermandad te proclama,
Señor de nuestros sentidos,
para que nos ayudes a que tanta belleza se nos meta dentro;
Señor de nuestra razón,
para que tanta verdad nos haga cada vez más libres
y Señor que nos habla a través de su palabra,
por medio del arte sagrado,
para que experimentemos las maravillas de tu amor.
Ayuda a nuestra cofradía para que experimente todo el año tu hermosura, como lo hace en este momento,
y crezcamos en el amor a ti y en el amor al prójimo. Amen
(Textos poéticos: Manuel Amezcua Morillas.)
Al paso de cada cofradía por las naves, como en la “parada” ante el Santísimo Sacramento, bien en la capilla del sagrario, bien el Jueves Santo en el Monumento, las hermandades han “parado” (Statio) su procesión (Processio). Es decir, han vivido un momento de intimidad orante, en el transcurrir de su caminar en común. Todos nos felicitamos de esta novedad que ha de suponer un hito en la historia de esta ciudad, tan implicada en la vida cofrade y de estas cofradías, tan señeras en la vida de nuestra Iglesia.
DE LA LUZ A LA CRUZ
EL CAMINO DE LA ESPIRITUALIDAD DEL SUR
Guadix fue el faro de luz de la fe cristiana en medio del mundo pagano. En su condición de cruce de caminos, extendió el resplandor del evangelio en la primera evangelización. Ahora se nos invita a vivir un camino desde la luz de Guadix a la Cruz de Caravaca. Cruz y Luz, en la hondura de la fe, son una sola y misma cosa. Los puertos de Cartagena y Tarragona eran la entrada de las novedades en la Hispania romana; desde la costa, los cruces de caminos expandían las noticias. También la “Buena Nueva” del Evangelio.
La estrella de los caminos accitanos nos conduce, por el norte y el este, desde el antiguo reino de Granada hasta el de Murcia. Partimos de los orígenes del cristianismo ibérico. Aquí, la “prima sedes hispániae” hunde sus raíces martiriales y se multiplica, edad tras edad, en semillas de amapolas rojas en medio del trigal fecundo del Pan de Vida. San Torcuato es el primer obispo y mártir; San Fandila, en el siglo IX, identifica la vitalidad de nuestra iglesia mozárabe; Marcos Criado es testigo martirial entre los moriscos del s. XVI; San Francisco Serrano, dominico de Huéneja, murió en extremo oriente en el XVIII; ya en el XX San Pedro Poveda y Manuel Medina Olmos, otro obispo, encabezan la relación de abundantes beatos mártires de la persecución terrible y gloriosa. No en balde la redención tiene lugar cuando los mártires mueren perdonando a sus verdugos. No existe mayor grado de reconciliación perfecta, ni “mayor amor que el del que da la vida por los amigos”… según Nuestro Señor.
Desde la luz de una iglesia martirial, el esplendor de la Gracia de Dios se hace arte en las ensambladuras góticas, renacentistas y barrocas de una catedral única, que no solo armoniza los espacios de manera admirable, sino también los tiempos y sus formas con perfecta fecundidad. La Eucaristía y la Inmaculada son la razón de ser del culto catedralicio en bellísimas realizaciones de escultura, pintura, música… y obras de orfebrería, bordados y demás artes decorativas.
El peregrino, desde el entorno de la catedral, contempla ruinas ibéricas y romanas en casas y teatros, torreones de albarranas musulmanas almohades, portadas de sinagogas y edificaciones nobiliarias traídas por los castellanos. Iberia, Hispania, Al-ándalus, Sefarad, España… todo en menos de trescientos metros. La Guadix eterna en toda su luz de siglos. Sin duda alguna, la Catedral es el faro más luminoso en este mar de arcilla con tumulto de olas petrificadas en sus cerros. El campanario ocupa el centro de nuestro valle. Desde ahí resuenan las voces episcopales de prelados geniales como Gaspar de Ávalos, el cardenal fundador de universidades; Martín Pérez de Ayala, el legislador tridentino y sinodal; Juan de Montalbán, constructor del templo catedralicio y edificante de la materialidad y espiritualidad de la Diócesis. Todavía, el Cabildo de la Catedral se distinguirá por canónigos tan egregios como Jerónimo de Castroverde, famoso latinista (S. XVII); Esteban Lorenzo de Tristán y Esmerola, héroe nacional de Costa Rica y fundador de sus hospitales y universidades (S. XVIII) ; Federico Salvador Ramón, fundador de las religiosas Esclavas de la Inmaculada Niña (S. XX).
La arquitectura de Lorenzo Rodríguez, discípulo de nuestro maestro Gaspar Cayón de la Vega, y constructor de la Catedral de México; la escultura de Torcuato Ruiz del Peral, que sabe de colores polícromos como de formas en la madera, o la música ya en el siglo XX, de Carlos Ros González y su Escolanía de Niños Cantores… todo ello es testimonio de un arte al servicio de la fe y de una fe engendradora de arte.
La grandeza cívica de la civilización católica, se hace humilde hasta el extremo, pues no podría por menos si quiere ser auténtica, en las Cuevas de Guadix. Cuatro mil años de historia abalan las tumbas pre-ibéricas y pre-argáricas de algunas de nuestras cuevas. Haciendo de la necesidad virtud, el hombre de esta tierra ha conseguido excavar la arcilla para nutrir los cerros de una vitalidad habitada sin parangón en el mediterráneo, como no sea en la diametralmente lejana Capadocia. Aquí, la tierra te habita y es como un vestido interior que te asume dentro de sí misma. Aquí, el barro humilde y la tierra blanda, que hubieran podido ser sólo cárcavas y barranqueras, se transforman en casa de humanidad y albergue de familias: la pobreza es también transformadora.
De las grandes aportaciones cueveras, acaso tres muy importantes: en el siglo XIX, un Deán de la Catedral y Vicario General de la Diócesis, don José Pérez Chico Espínola y Montes, regaló la pintura de la Virgen, el pozo y la huerta de su cueva, para sustentar el perenne culto de la Gloriosa Madre de Dios de Gracia. Con ello, dotaba de un centro espiritual completo al entorno de las Cuevas de Guadix.
En segundo lugar, en el salto de los siglos XIX y XX, durante el hundimiento del ya mediocre imperio y los anhelos de la nación para salir de su decadencia, un tierno seminarista y cura jovencillo, hoy San Pedro Poveda, comienza la aventura espiritual más señera del Guadix de la era contemporánea: “la primera vocación a este nuevo género de apostolado, por medio de la cultura y la educación, la hemos recibido a los pies de la Virgen de Gracia en la Cueva Santa de las cuevas”. Con Poveda nos viene el aliento de una renovación pedagógica que tiene como finalidad el completo renacer de la persona. Su impulso renovador consistió en hacer escuelas de ricos para los pobres… no escuelas empobrecidas y sin medios, sino dotadas de una idoneidad metodológica que entonces no disfrutaba todavía nadie: aulas redondas, bien calefactadas y aireadas, mapas en relieves de arcilla para explicar la geografía, o dramatizaciones teatrales para disfrutar los saberes con sabores participativos… el enseñar deleitando de los clásicos, bautizado por un Apóstol entre los pobres: Evangelio puro.
En tercer lugar, para entender el Guadix, de cuya hondura espiritual no conviene desentenderse, el peregrino hará bien en conocer cómo la fecundidad de los grandes pervive en los espacios y en los tiempos: Antonio Mira de Amezcua, el canónigo autor teatral del Siglo de Oro de nuestra catedral, y Pedro Antonio de Alarcón, que hizo de su catolicismo un modo de novelar la vida, nos llevan de la mano al mejor humanismo. Esto es: aquel que consiste en amar tanto a Dios que el hombre sea siempre querido y en respetar tanto la dignidad humana que Dios sea constantemente glorificado. El dramaturgo, pero sobre todo el novelista, tendrán en las cuevas un referente constante de espiritualidad, en el sentido más amplio pero más hondo.
Todavía, armonizando las bellezas cristianas, judías y musulmanas, antes de partir hacia “el camino de la espiritualidad del sur”, el caminante amigo tendrá en cuenta las grandes armaduras mudéjares de Guadix. Cuentan los antiguos textos hebreos que el Rey Sabio Salomón no quiso alterar la divina presencia en el Arca de la Alianza cuando la situó en el lugar más santo-sancta sanctorum- del templo de Jerusalén. Así, ensambló maderas y maderos, para techar el tabernáculo y dio origen al artesonado. Milenios después, Guadix se aprovechó al máximo de esta belleza que inundaría el Mediterráneo en sinagogas, iglesias y mezquitas. La geometría y todas sus ciencias derivadas, convierten los octógonos en ocho hexágonos y estos, a su vez, en cien triángulos… todos con armónica profundidad y variantes de colores y formas. La matemática se hace armonía mudéjar en los techos de nuestras iglesias. Toda la civilización mediterránea al servicio de una bóveda de madera que prefigura y anuncia la propia bóveda celeste: el artesonado es estrellas que se estrellan contra estrellas.
Pero si Guadix tiene cielos artificiales en los artesonados de sus iglesias y palacios, también posee túneles de agua en el subsuelo de su acrópolis. El cerro primigenio del castro ibérico, del cardus y decumanus de la Acci romana y de la Wadias musulmana, está horadado de acueductos en forma de túneles con canalillo central de tejas invertidas en su ensolado: por ahí el agua ha fecundado las fuentes de la ciudad, sus palacios y conventos.
El agua: he aquí la clave fundamental de Guadix. Dios hace las cosas mejor que nosotros. Nosotros ponemos los pantanos en todo lo hondo y el Señor los hace en todo lo alto. Nuestro pantano es la Sierra, cuya nieve eterna deshiela hilos de vida en fértil maraña de acequias y pozos. Conforme el agua es menos común se atraviesa un altiplano repleto de anhelos de humedad… pero en cada grieta profunda, el verdor emerge milagrosamente y con él, la vida. Así, en Gorafe, cuyos túmulos fúnebres, en dólmenes y nichos, no testimonian tanto la muerte cuanto la vida de culturas pretéritas en milenios de raigambre humana. Aquí la humanidad edificó sociedad y la sociedad dio lugar a intercambios múltiples y lo que era desierto reseco en la superficie se hizo jardín y huerta, repleta de frutales en lo profundo. Las aguas termales, usadas como medicina desde siglos sin memoria, colaboran en Graena y Alicún a este efecto sanador de la experiencia humana: bañarse para la salud…, bautizarse para la salvación…, todo es vida natural y sobrenatural…
La Accitania es el imperio de la arcilla, el mar petrificado en oleaje derramado en cerros que se admiran de sí mismos en la variedad de sus caprichosas maneras de empinarse. La Bastetania es el predominio de un cuarzo blanquecino que baña valles presididos por el Jabalcón, cuya altura excede al Mencal en su grandeza. No es extraño que Zújar diera albergue natural de alturas a la Madre sobrenatural más alta, y así, diera a la Virgen de la Cabeza su roca más alta como trono. Desde allí, se puede contemplar la vida recontada en milenios, con descanso de oasis en medio del secarral. La Bastetania es un milagro y Baza su gracia más perfecta. Aquí los montes y los valles se llaman cerros y hoyas, pues el lenguaje de los hombres y mujeres de esta tierra nunca fue pretencioso, sino más bien ajustado a humildad y sencilla llaneza. De ahí su trasparencia.
En Baza ya, en el Cerro Cepero, el perímetro de una antigua basílica cristiana, nos habla de la pervivencia de una esperanza que conduce a la caridad. La Orden Mercedaria marcó indeleblemente el ser de Baza, albergando en su templo a la Virgen de la Piedad. Desde entonces, y hace ya medio milenio, la Virgen es tan importante que merece la pena perdurar en simbólica batalla por un Cascamorras que la quiere llevar o que nunca la trae: el juego de dos ciudades tan geniales que han convertido la competitividad en convivencia y la rivalidad en fiesta. Cada año, Guadix y Baza enseñan a sus niños cómo hay alguien tan importante que merece la pena pujar en juego por Ella, aunque la puja dure quinientos años: María.
La Madre es tanto más valiosa cuanto más dure un pleito sin otra sentencia que el propio pleitear. Cascamorras evoca el triunfo secular de un fracaso anualmente repetido. Es un “quiero y no puedo” que define el ser de esta tierra: aunque no pueda, sigo queriendo. Somos un impulso ciego alumbrado por la tenue luz de nuestra propia sed de inmortalidad. Cascamorras no es un intento vano camino de un frustrante fracaso, sino el renovado impulso de un ímpetu siempre triunfante. Esta tierra, no es parte de una España vaciada, sino discriminada, pues paga por ser ciudadana de primera, pero lo es de segunda y de tercera.
Ahora bien, lo es sin resignación fatalista, a la espera de una renovación profunda, de las que nacen de lo más hondo, cuyas consecuencias son las únicas perdurables.
Manuel Amezcua Morillas. Cura de las Cuevas y Canónigo Archivero